Podemos

Cuando a falta de dos jornadas todos dábamos el play off por inalcanzable, la derrota del Valladolid, el empate del Alcorcón y por supuesto la victoria del Xerez, nos hacen llegar a la última jornada con opciones de promoción, increíble pero cierto.

Este equipo no ha dejado de sorprendernos, cuando parecía que despegaba se frenaba y cuando parecía que frenaba en seco, comenzaba a acelerar. La irregularidad y la falta de ambición del técnico azulino nos han hecho perder multitud de puntos, pues con una sola victoria más, la cosa sería a día de hoy muy diferente.

Pero 60 son los puntos que tiene el Xerez en su casillero, puntos que no nos dan la posibilidad de depender de nosotros mismos. Hay que ganar y después esperar la machada de los hombres de Anquela, esperar el Alcorconazo.

El fútbol es así de caprichoso, cuando pareces tenerlo todo perdido, de repente tienes mucho que ganar, se pasa de villano a héroe en cuestión de un segundo o mejor dicho de una jornada.

La plantilla ha estado por encima del entrenador. Un entrenador que ayer reconocía su error de Vallecas y sacaba al bueno de Antoñito a que de nuevo le resolviera la papeleta, como ya pasó ante la UD Salamanca y de nuevo el sevillano respondió.
¿Qué sería del Xerez sin los dos goles de Antonio ante el Salamanca y el gol de ayer al Celta?.
¿Qué sería del Xerez si Antoñito hubiese pisado la hierba del Teresa Rivero?.

Sea como fuere, el Xerez pese a todo, puede estar entre los cuatro equipos que se jugarán el todo por el todo y como consecuencia por descabellado que parezca regresar de nuevo a la élite del fútbol español.

Soñar es gratis, la afición lo merece después de las amargas tardes en Chapín, de los cambios y planteamientos inexplicables, después de un año sin pena ni gloria, ahora es tiempo de esto último. El destino nos dio la espalda en el Reyno de Navarra, ahora ha de compensarnos en el Martínez Valero. El fútbol nos debe una y si el Alcorcón fue capaz de hacerle morder el polvo al mismísimo Real Madrid, ¿por qué no le va a ganar al Valladolid?, ¿por qué?.

Jesús Toledano.