lunes, 25 de abril de 2011

Otro año será.

Llegó el Martes Santo, en San Benito las puertas se abrían a las cuatro y cuarto, pero el cielo se rompió, la lluvia comenzó y el señor de la Clemencia se quedó sin su paseo por Jerez, el barrio se echó a llorar al no poder contemplar a su señor por Doctor Marañón.

En Capuchinos ya se temían lo peor: un Martes Santo sin la Defensión. La hermandad miró al cielo y partes en mano las puertas cerraron, la virgen de la O en casa se quedó con su señor de la Defensión.

En el barrio de San Mateo los nazarenos rojinegros miraban los claros del cielo evitando no fijarse en los no tan buenos. Pena y Desconsuelo se juntaron en lo más profundo de su iglesia en la que contemplaron a su señor entre paredes estrechas.

Por San Juan de los Caballeros intentaron echarle valor y hasta una hora pidieron, pero las nubes rompían a llorar y el Martes Santo terminó con las lágrimas de miles de nazarenos.

Tras un Miércoles reconciliador, en el que el mal tiempo paró, todos soñábamos con un Jueves de sol y una madrugada de calor, pero no pudo ser, el cielo con su color ya anunciaba lo peor y en forma de lluvia se manifestó.

Algunos empeño le pusieron, la Lanzada lo intentó pero el tiempo lo impidió por calle Tornería y en San Juan de Letrán lo acogieron para más tarde regresar a ritmo de tambor. En Santo Domingo lo intentaron pero cuando el misterio asomaba por Jerez las precipitaciones le hicieron retroceder. Veracruz y Mayor Dolor no se la jugaron y acertaron. Otro día que se iba.

El Jueves Santo acabó y todos mirábamos al cielo intentado con la mirada fulminar esas nubes grises que nos retaban. Pero de nuevo las nubes echaron a llorar de una forma descarada para dejarnos sin madrugada. Las nubes parecían tener Cinco Llagas, carecían de Salud y fue la Sentencia a la madrugada.

El Viernes Santo salío el sol pero por las viñas no pasó. En San Telmo se hizo la luz y el Cristo de la Expiración tras una hora de meditación y con referencias meteorológicas nada esperanzadoras se echaron a Jerez con la fe de que con Cristo en la calle el sol deslumbrase.

Loreto, Soledad y Piedad sin saber que el Cristo obraría el milagro lo pospusieron para otro año, cuando ya imaginaba yo por Tornería a la Piedad con sus tres Marías.

1 comentario: